jueves, 10 de abril de 2008

LA REALIDAD Y EL DESEO

POR PAPA 1957


Yo me he enterado por una escueta nota de agencia fechada en Viena: hace cien años que nació Wilhelm Reich. Psicoanalista de profesión quiso unir dos de las grandes mareas que ha conocido el siglo XX: el psicoanálisis y el marxismo.

Sufrió las amenazas del ascenso de Hitler al poder,huyó de Berlin a Viena; rompió con Freud y fue expulsado del partido comunista alemán en 1934. Expulsado también de Dinamarca, se exilió a Estados Unidos y allí fue condenado en 1955 -recién acabados los rigores de la 'caza de brujas'- por vender sin permiso de la Administración, acumuladores de orgón. Ya por entonces padecía delirios paranoides, murió en la cárcel dos años después.

No hay que decirlo: fue un pionero de la liberación sexual; paradójicamente compartía con la moral sexual católica un presupuesto: habría una sexualidad natural. Al supuesto fin natural de lo sexual en la procreación, Reich oponía una sexualidad liberada y natural, desatada de toda represión que conjuntaría unas parejas perfectas mientras durara la simbiosis genital.

Eso mismo le perdió: si Freud quiso hacer ciencia del inconsciente humano, del alma y no veía otra cosa que sexualidad, Reich simplificó aun mas la solución y se centró en la genitalidad. Tuvo, por tanto, que estudiar el orgasmo y lo que, según él, era su derivado: la energía orgónica. Como un alquimista trasladado a nuestro tiempo creyó ver en el orgasmo la piedra filosofal: acabaría con la prostitución, con la mentalidad infantil y servil que necesitan los regímenes autoritarios y aun con el cáncer.

Pero sus observaciones sobre la mentalidad autoritaria y la educación son interesantes y pertenecen cronológicamente al ambiente de los intelectuales, judíos en su mayor parte, que sufrieron los horrores del nacionalsocialismo y después trataron de prevenirlo desde el punto de vista educacional: me refiero a los estudios de la Escuela de Frankfurt sobre la familia autoritaria.

W. Reich fue mas lejos y propició buena parte del fundamento de la crítica a la familia que se produjo en la antipsiquiatria de los sesenta: R.D.Laing y sobre todo, D. Cooper. Enterrar a uno y a otro, en este aspecto, sería demasiado precipitado: nos enseñaron mucho. El derecho a la identidad psíquica, al yo personal, al propio cuerpo... los riesgos de ser 'devorado' psíquicamente por los padres o pos sus sustitutos: cualquiera con suficiente autoridad. Todo ello desde la idea general de la revolución sexual que Reich propuso ya en la década de los veinte y que se recuperaría cuatro décadas mas tarde.

Todavía sorprende releer La Revolución Sexual que escribió en 1929. Contiene una demoledora crítica de la moral sexual tradicional y se pueden hallar allí verdaderas perlas cultivadas, quintaesencia de esa moral, como esta: " según Gruber debemos cultivar la castidad de la mujer como el bien nacional mas precioso, ya que es la única seguridad que tenemos de ser realmente los padres de nuestros hijos y de trabajar y penar por nuestra carne y nuestra sangre. Necesitamos esta garantía para una vida familiar segura, base indispensable de la prosperidad de la nación."

Suele pensarse desde la moral tradicional que el ser humano de inmoderada sexualidad es un animal. Craso error. Es precisamente circunscribir lo sexual a la procreación lo que nos haría animales, lo que nos haría retroceder, suponiendo que fuera posible. El libertino y el asceta son extremos de la variabilidad obligada del ejercicio sexual: el hombre puede ejercer su actividad sexual de muchas maneras excepto una: de modo natural.

Me gusta imaginar a Reich como un pionero que partió casi desarmado, a la búsqueda de mas y mejor vida para los hombres. Solo contaba entre sus pertrechos con los útiles de la pretendida ciencia de su época: Freud y sus derivados. Sucumbió a los encantamientos de sirena que han perdido y perderán siempre a quienes crean que la ciencia puede solucionar la vida del hombre, puede realizarla.

Si, en cierto modo, Reich acabó en el ridículo fue primero por la bestial persecución a la que se le sometió por defender la libertad del ejercicio de la sexualidad, según decía: "el reemplazo de la moral coercitiva externa por la responsabilidad interna". Pero después y sobre todo por entregar la vida del hombre de nuevo a la naturaleza: reducir la vida a orgasmo y éste a medida. La vida humana desborda la naturaleza, el arco de su deseo se despliega desde la carne ( Y quien se atreve a decir que la carne es "animal"?), el mar infinito del erotismo, la ternura, los abismos de la pasión, el amor. El amor que, paradójicamente, no se puede buscar ni comprar ni vender, solo se encuentra. El amor pertenece a otra órbita, sustraído de la dominación, del conocimiento. Alado, libre como presintió Apuleyo en su mito mas denso: Psique, el alma, puede gozar de Eros, el amor, a condición... a condición de no ver jamás su rostro.

3 comentarios:

José Ignacio dijo...

Hola: solo precisar que este texto lo escribí hace como diez años...Las fechas son: (24 de marzo de 1897-3 de noviembre de 1957).
Gracias Mao por colgarlo y muy maja la foto.
jose ignacio

Mao dijo...

Gracias a ti Papa, por escribir de esta forma tan maravillosa y querer compartirla con el resto de los mortales.
Saludos,

José Ignacio dijo...

qué amable eres greg...
jose ignacio